La banda lanzó su primera canción con John Frusciante en 16 años, mientras que las cantantes pop estrenaron adelantos de sus próximos discos

Un reencuentro que suena a buen presagio

Hay quienes acaban de enterarse de que John Frusciante volvió con Red Hot Chili Peppers, y eso es por el estreno de la primera canción desde su anunciada reincorporación, allá por 2019.

Black Summer” es la puerta de entrada a Unlimited Love, un álbum que llegará en abril, tendrá 17 temas (¡17!) y produjo Rick Rubin, aliado de larga data de Anthony Kiedis y compañía y en parte responsable de Blood Sugar Sex Magic o Californication.

Por su sello, por ese particular sonido de Frusciante, por la luminosa melancolía que emana de la voz de Kiedis y porque son los Red Hot haciendo el tipo de canción que mejor saben hacer —groovera, relajada, evocativa—, “Black Summer” se siente como la vuelta a un lugar donde se fue feliz. Y eso suena a buen augurio.

La metamorfosis viene llena de referencias

El interés que Rosalía ganó desde que hizo de El mal querer un hito mundial se potencia ahora que está por lanzar su álbum Motomami, que llegará el 18 de marzo. “Saoko”, nuevo adelanto, es un interesante collage de lo hecho en su carrera hasta ahora.

Están su enamoramiento por el reggaetón con la celebración de “Saoco”, viejo tema de Wisin y Yandel y Daddy Yankee; una melodía muy similar a “Con altura” con J Balvin; el videoclip motorizado en plan “Malamente”, la reunión de chicas como en “Linda” con Tokischa, y hasta referencias de jazz y rock con fuerte presencia del fuzz.

No hay más flamenco que el que insinúan sus manos en el visual, pero hay toda una sentencia personal con un firme “Fuck el estilo” y el estribillo de “Yo soy muy mía, yo me transformo”. ¿Hasta dónde llegará ese cambio?

La nueva era de una argentina inquieta

Primero fue pop tradicional de fórmulas estadounidenses. Después, un viraje al reggaetón con un disco (Libra) a medida de lo latino. Ahora, Lali abre una nueva era que, con elementos de ambos caminos, la lleva a otra moda musical: la del revival, pero con su búsqueda.

Si el rescate de los ochenta le fue funcional a Dua Lipa, y el del pop punk de los 2000 a Olivia Rodrigo, lo que le va mejor a Lali es este viaje a comienzos de milenio. En “Disciplina” hace un ritual sadomasoquista a ritmo de tech house y en “Diva” se ríe del brillo entre un R&B contemporáneo, todo mientras explora diferentes formas de canto y sensualidad. Son éxitos instantáneos para una fiesta en la que la cuota nostálgica no puede faltar.

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