El Uruguay despide con dolor a José «Pepe» Guerra, quien a sus 80 años dejó un legado inmortal en la música popular del país.
El destacado cantante y compositor, conocido por su participación en el icónico dúo Los Olimareños, falleció este jueves después de enfrentar problemas de salud durante varios meses.
Cumpliendo su última voluntad, no se realizará sepelio público y su cuerpo será cremado, reflejando su modestia y deseo de intimidad.
Un legado imborrable con Los Olimareños
Junto a Braulio López, Pepe Guerra formó Los Olimareños, el dúo más emblemático del folklore uruguayo. Sus canciones, muchas de las cuales se convirtieron en himnos populares, capturaron el alma y la esencia del pueblo uruguayo.
Temas como «A Don José», declarado Himno Popular del Uruguay por el Parlamento, son testimonio de su impacto cultural. La colaboración con Rubén Lena, quien escribió gran parte de su repertorio, fue crucial en la renovación de la música folklórica nacional.
Durante los oscuros años de la dictadura militar, Los Olimareños se exiliaron, pero desde la distancia mantuvieron viva la llama de la solidaridad y la esperanza para su gente. Su música resonó como un canto de resistencia y un símbolo de la identidad uruguaya.
Carrera en solitario
Tras la separación del dúo, Pepe Guerra continuó su carrera como solista, grabando múltiples discos y participando en numerosos recitales tanto en Uruguay como en el extranjero.
Nacido el 31 de octubre de 1943 en Treinta y Tres, desde su juventud mostró una pasión inquebrantable por la música, frecuentando las peñas locales y forjando su talento. A los 18 años conoció a Braulio López, y juntos iniciaron una travesía musical que marcó una época.
En 2009, fue declarado Ciudadano Ilustre de Montevideo, un reconocimiento a su invaluable contribución a la cultura uruguaya.
Sin embargo, fiel a su carácter discreto, Pepe Guerra pidió evitar homenajes públicos en su despedida, optando por una partida sencilla y privada.
Un adiós sin ceremonias
La partida de Pepe Guerra deja un vacío profundo en el corazón del Uruguay. Su música, llena de emotividad y compromiso social, continuará siendo un faro de inspiración para muchos.
Aunque no habrá velatorio ni ceremonias públicas, su legado perdurará en cada rincón del país y más allá de sus fronteras.
El país entero lamenta la pérdida de uno de sus más grandes músicos, alguien que con su voz y su guitarra supo capturar el espíritu de una nación.
Pepe Guerra no solo fue un extraordinario artista, sino también un símbolo de lucha y esperanza para muchas generaciones de uruguayos.
Su música, sus letras y su ejemplo de vida seguirán inspirando a futuras generaciones. Aunque Pepe Guerra ya no esté entre nosotros, su espíritu vivirá eternamente en el corazón y la memoria del Uruguay.